Las personas pasamos por muchos momentos de preocupación a lo largo de nuestra vida y es algo que nos impide ser felices, por ello es importante que encontremos maneras que nos permitan salir de ese estado.
La preocupación nos hace sentir inquietos generando negatividad, ansiedad y miedo. Nuestra mente está dándole vuelta a lo mismo una y otra vez de forma aparentemente incontrolable, y nuestra atención se queda enganchada en pensamientos o imágenes cargados de sensaciones negativas que nos producen malestar.
Cuando nos preocupamos por algo y esa preocupación nos ayuda a buscar y encontrar soluciones, se presenta como muy útil. Sin embargo, si preocuparnos nos paraliza entonces no sirve para nada.
Algunas cosas que podemos hacer para eliminar las preocupaciones son:
1. Definir la preocupación. ¿Por qué me preocupo?, escribir las preocupaciones es muy importante para clarificarlas en nuestra mente.
2. Preguntarnos en relación a cada preocupación: ¿Hay algo que puedo hacer al respecto?. En el caso de que no podamos hacer nada, preocuparnos no es constructivo porque nada va a mejorar.
3. Si podemos hacer algo ahora, lo mejor es hacerlo. Si no puede ser de forma inmediata, podemos planificar cuándo, dónde y cómo vamos a abordar el problema. En estos casos y cuando necesitamos ayuda para realizarlo, seguir un proceso de coaching puede ser muy efectivo.
4. Cuando no podemos hacer nada, es importante intentar eliminar la preocupación. Para ello podemos:
- Hacer ejercicio: nos ayudará a que la mente se libere de pensamientos erróneos.
- Realizar juegos mentales: rompecabezas, crucigramas, recitar un poema o una canción, contar hacia atrás, silbar...
- Concentrarnos en lo que hay a nuestro alrededor para salir mentalmente hacia afuera, por ejemplo hacer cuentas con los números de las matrículas...
- Meditar es otra opción muy interesante porque nos ayudará a calmar la mente, a relativizar y a controlar los pensamientos
- Si nos cuesta dejar de preocuparnos podemos dedicar una hora determinada del día a ello, sólo esa hora.
- Hablar con alguien que nos transmita positivismo nos puede ayudar a ampliar nuestra perspectiva de los problemas y a encontrar posibles soluciones.
- En vez de imaginarnos problemas, pensemos en las posibilidades que hay en nuestra vida.
"En vez de preocuparnos es mejor ocuparnos"
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